Una triste excusa más...

Bueno, se que es todo un record, pero yo soy muy de superar records... Dos semanas sin publicar una triste entrada, y corriendo el riesgo (también soy muy de correr riesgos) de perder a mis fieles lectores... Esto sí que es vivir peligrosamente.

Pero bueno, supongo que no puedo seguir poniendo excusas y dando vaga información que no arroje nada de luz sobre el verdadero asunto que me tiene tan ocupada que no me deja tiempo para ocuparme de este blog que es como un hijo para mi... (qué molodramática, ¿no?)

Señores, señoras, he sucumbido a una extraña enfermedad, una enfermedad que nos atonta y nos hace gastarnos dinero que no tenemos, volvernos un poco locos, o mucho en realidad, dedicar muchísimo tiempo para organizar un sólo día o ni eso, un delirio que trastoca nuestro mundo y nos quita todo el tiempo que tenemos... Y aún así no soy la primera ni la última en estar absurdamente ilusionada por... ¡¡CASARME!!

Ahí esta el terrible secreto... jajaja. Es por esta razón por la que cada mes publico menos entradas, la razón por la que no publico tanto como al principio, cuando cada entrada era como un chute de adrenalina, algo nuevo y excitante. Ahora sí, prometo, muy solemnemente, que esta sequía es solo temporal, prometo que cuando toda esta locura de felicidad absurda y de regalitos para invitados, petalos de rosa y muñecos para tartas pase, volveré a estar al pie del cañon como la más friki de todas las frikis y os ofreceré un sin fin de opiniones, noticias y muchos, que digo muchos, muchísisisimos tarros llenos, llenos hasta los topes...

Como despedida temporal (no lloréis que a mediados de Octubre estoy de vuelta...), voy a publicar unos cuantos posts a modo de tralla final para que la esperanza de un nuevo mañana alumbre vuestras vidas hasta mi vuelta... (y lo que me váis a echar de menos que, ¿eh?)