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7 de marzo de 2011

[Crítica] The Fighter

Otra cita obligada fue con The Fighter, lo nuevo de David O. Russell (Tres Reyes) y la película que ha supuesto el primer Oscar para Christian Bale. Lo reconozco, ganas había pocas, pero tenía que ir a verla, en parte porque Jota me mataba si no lo hacía y aprecio seriamente mi vida y en parte porque aquí la amiga estaba cosechando críticas increibles, y de hecho lo sigue haciendo.

En realidad The Fighter es una película complicada de ver, me explico. La trama es lenta e incluso irregular y densa en más de una ocasión, los personajes son bastante desquiciantes, cada uno a su manera, y todo esto hace que sea muy fácil pensar que la película no te está gustando, pero hay que profundizar un poco más en el análisis. En este aspecto es bastante arriesgada. Todo está calculado al milimetro, por lo tanto el ritmo aunque lento y discontinuo es el apropiado y los personajes aunque insoportables están construidos con maestría para provocar en el espectador algo así como "anti-empatía". Por tanto, el objetivo principal de la película es contarte una historia en la que no puedes ni tienes que conectar con ningún personaje, de esa forma puedes ser mucho más objetivo y ver, desde fuera, la miseria humana en todo su esplendor.
A este nivel, al interpretativo, The Fighter es una verdadera joya, sobre todo si nos centramos en Christian Bale, cuyo talento supera todo lo imaginable. Se supone que cuando ves a un actor y te olvidas del actor, cuando solo puedes ver al personaje es cuando ese actor ha hecho su trabajo de forma brillante y perfecta; con Bale eso es exactamente lo que pasa. No te acuerdas del actor en ningún momento. La transformación física es solo una parte del gran conjunto que forma una actuación de Oscar, de OSCAR con mayusculas.

El resto quedan un pelín eclipsados por el fabuloso trabajo de Bale, Melissa Leo es la que en cierta medida puede compartir plano con él saliendo airosa. El trabajo de Wahlberg es de los mejores que tiene, pero, como he dicho, tiene mala suerte pues el resto se lo come con patatas... De hecho, es ciertamente metafórico, pues es lo que realmente le hacen al personaje... Tanto Micky Ward como Mark Wahlberg son sobradamente ninguneados en la pantalla.

Supongo que la falta de originalidad es cada vez más descarada en el mundo del cine, se abusa en exceso de las adaptaciones de novelas o de los biopics, como es el caso de The Fighter que narra la historia Micky Ward (Mark Wahlberg) y de su hermanastro Dicky Eklund (Christian Bale), sin embargo reconoceré que en esta ocasión, la historia es poco común, osada en la narrativa y de algún modo, flamante. Ojo al inicio del film, que discurre guiado por el documental sobre la adicción de Dicky Eklund que realmente rodaron. Un acierto narrativo en toda regla.

En resumidas cuentas, no esperéis salir con una sonrisa en la cara o con la sensación de haber disfrutado, más bien saldréis totalmente noquedaos.


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