Toy Story 3 - ¿Adios a los juguetes?

Llevo unos cuantos días queriendo hacer una entrada en honor a Toy Story 3, pero no me ha sido posible... hasta ahora.

La he visto dos veces en el cine, una en 2D y otra en 3D, por eso de valorar profundamente... Y si no tenemos en cuenta el corto Day & Night que es en 2D y 3D (se que es raro pero es así) y que por lo tanto merece mucho la pena verlo con las gafitas, la nueva de Pixar no abusa de los excesos del 3D tan comunes en la animación (y lo que no es animación) quedando tan sutil que se puede ver en 2D perfectamente sin perderte nada...

Dicho esto, pasemos a lo más importante, la historia. ¡Pedazo de historia!. Pixar sabe lo que hace, lo ha sabido desde que comenzó con aquel corto sobre un flexo, lo supo cuando en 1995 Toy Story de John Lasseter veía la luz y ganaba un Oscar y desde ahí lo supo todo, supo como contar una historia de forma magistral, supo como no quedarse en lo fácil, en lo meramente cómico o en lo simple, prefirió lo sencillo (que no es lo mismo).

Hoy podemos ver Toy Story 3 donde el Andy de Woody y Buzz y del resto de juguetes se ha hecho mayor, como el resto de niños que vieron la primera película con la sonrisa de la inocencia dibujada en la cara. 15 años después de la primera película de Pixar, 15 años después de la primera entrega de Toy Story, vemos como la niñez se acaba, pero como en realidad, las ganas de soñar no se deberían ir nunca.

Toy Story 3 en una película soberbia, conmovedora y tremendamente divertida que no está dirigida a los niños, aunque la disfrutarán seguro, sino a aquellos jovenes (y adultos, claro que sí) que están a punto o hace poco que abandonaron la niñez. Durante 121 minutos, se puede volver a ese maravilloso punto donde con solo cerrar los ojos, tu habitación se convertía en el campo de batalla entre villanos y heróes de plástico, donde sólo tenias que imaginar para vivir.

En serio, volver a ese punto merece totalmente la pena.

En un mundo atestado de remakes, segundas partes, terceras partes, ¡cuartas partes!... esta puede parecer una más dentro del mogollón. Que nadie se confunda ni se haga ideas preconcebidas, Toy Story 3 se ha hecho porque se tenía que hacer, porque tras ver las tres películas seguidas uno se da cuenta de que es una sola historia y estamos viendo el desenlace. ¡Si es que es redonda de narices, la tía!

Toy Story 3, y cualquiera de los largometrajes de Pixar, no son sólo películas de animación, Pixar es más, es mucho más.